Después de la tormenta, sale el sol

Ella ahora esta en su mejor etapa, pensé, mientras aún me hablaba de todo lo que le había ocurrido la pasada semana. No creía lo que estaba viviendo y pensaba que todo era un hermoso sueño. Él llegó en el peor momento de su vida, y junto con eso todo volvió a brillar. No entendía que en el lapsus de solamente una, una semana estuvo en una cuerda floja llena de sentimientos, hundimientos y frustraciones; para luego ver el sol de pronto. Llegó a pensar en sus peores circunstancias en terminar con su vida, cortándose las venas, pero algo se lo impedía que no lo logró, y simplemente dejo mascas en su piel y machas de sangre en el piso de la cocina.
No se estaba desahogando con la persona más cercana a ella, pero algo tenía. Un algo que te hace confiar de una persona que conoces, pero no lo suficiente para contarle cosas tan personales, sin embargo le cuentas, porque de algún modo u otro sabes que guardará tu secreto, te escuchará con atención sin juzgarte, y te dará un buen consejo poniéndose en tu lugar. Es ahí cuando se abre hacia ti, y te entrega la certeza de que no te haz equivocado y te hace sentir tan liviana.
Tenía a un novio desde hace seis años, a quién amaba, a quién perdoné muchas cosas, entre ellas infidelidades, ausencia y muchas otras. En ocasiones estábamos bien y me sentía la más feliz y otras me sentía la más ingenua de todas,no amada, ni respetada, reprimida y monótona. Nuestra relación era un vaivén de altos y bajos, pero los bajos duraban mucho más que los altos. Y todo se hacia una costumbre,si no lo veía 2 semanas no me importaba tanto, o no lo extrañaba como lo hacia hace uno dos años atrás. Y así se fue debilitando poco a poco, pero seguíamos juntos. Luego llegó mi enfermedad, me dieron más menos 5 años más de vida, sinceramente me fui a la mierda, muchos momentos de mi vida pasaron por mi mente, me arrepentí de muchas cosas, sentí que desperdicie mi vida tanto, pensando siempre en el futuro, y nunca dejé el pasado... luego me dije ¿Y mi presente?, ¿Hoy?, ¿Qué hice por hoy?... siempre viví haciendo cosas para el mañana, o arreglando lo del pasado; pero nunca o quizás muy pocas veces disfrute mi presente. Entro nuevamente la pena en mi, la frustración, las ganas enormes de morir, estaba sola en mi casa, nadie me llamó durante una hora, no estaba la gente que necesitaba, ni uno de mis amigos, estaba sola, sola; nadie me quería, corrí a la cocina, tomé un cuchillo. Y sí, nuevamente, con fuerza, lo clave en mi brazo izquierdo, no sentía nada, corría la sangre, salía tanta que comenzó a caer al suelo, se mancharon mis zapatos y comencé a llorar. Lloré tanto esa noche, es que muchas personas dicen que ser la persona valiente para suicidarse; pero no, es todo lo contrario quien es capaz de cortarse las venas, de dispararse en la cabeza, tomar todas las pastillas que encuentre; no es valiente, sino más bien cobarde, ya que su intento y ganas de morir, van sólo con no enfrentar su realidad, y no ser capaz de ver la solución a su problema.
Me curé la herida, porque sí, otra vez algo impidió mis locas ganas de terminar conmigo o quizás mi piel es tan gruesa que la próxima vez tendré que amputárme. Luego de eso me recosté durante una semana, casi incomunicada a pensar que me dirá el próximo examen.
Durante todos estos días, ya que no tenía nada más que hacer, que pensar en mis 5 años de vida que me quedan. Me dije, pediré disculpas a todas las personas que les hice mal, claro y de las que me arrepiento de corazón. Tampoco deseo ser Sor Carolina, pero si una chica nueva y dispuesta a ser feliz lo que me queda. Ya asumida mi enfermedad fui día viernes a mi examen de la enfermedad, me sacaron tanta sangre, más con la que perdí cuando corte mi brazo. Uf estaba desangrada.
Fue ese día que el médico entregó mis resultados y me dijo: Por algún motivo u otro, un milagro, no sé. Pero el virus ya no esta en tu cuerpo. Así que eres sana. En ese momento, mi pecho se apretó y me dieron unas ganas de llorar de alegría, ver las vueltas de la vida. Y aquí donde lo marqué, y me dije desde hoy soy otra.
Esa misma noche fui a un pub, a la celebración del mejor amigo de una examiga-conocida hasta entonces, que me dijo que fuese. ¡Qué día, qué día!,no lo olvidaré jamás, fue ahí cuando lo conocí a él. Rápidamente terminé con Lucas y al día siguiente él termino con su novia de 2 años. Y comenzamos locamente una relación.
Hoy mi vida esta mejor, es como si hubiese nacido otra vez. Él me hace sentir cosas que nunca sentí por nadie en el mundo, y la persona más feliz y alegre de la vida.
En ese momento, le dije, viste que fue buena idea que vinieras a la fiesta de mi amigo, querida. Vive la vida, como si fuese el último día, disfruta los momentos; y recuerda, que estando bien tú, el resto te parecerá lindo. Siempre dentro de lo malo hay algo bueno y viceversa.