Locura Inrreparable

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La fuerte brisa del mar en estos momentos fluye, frío, muy frío, por lo menos es eso lo que se siente, aunque durante la tarde hubo 30 grados de temperatura ambiental y la gente solo podía transitar con traje de baño por las calles de este querido pueblo. El pueblo de mi infancia, allí viví muchas cosas, mis primeras amistades, mis primeros amores, mis primeras peleas, mis primeras... va! una serie de cosas transcurrieron aquí, donde hoy, nuevamente estoy.

Nunca pensé volver a este lugar, recuerdos invaden mi memoria y no sé por donde empezar, me emociono, y poco a poco cierro los ojos como si nuevamente fuera un niño pequeño, vuelvo a esas plazuelas donde jugué muchas veces con mis amigos al balón cesto... oh Dios que recuerdos.
Luego continuo observando los alrededores y ahí, sí, justo ahí se encontraba un kiosco, aquel kiosco en que muchas aventuras sucedían durante las jóvenes noches. Recuerdo que los veranos, definitvamente eran los mejores, ya que como todos sabemos en esta época, esta clase de pueblo que esta junto a la costa, cobran vida; y sí, era así, tal cual. Ahí hice mis grandes amigos con quienes ahora vengo a veranear y están dentro de la casa, mirando la hermosura de esas cuatro paredes, mientras yo veo la hermosura de un pasado, una lluvia de recuerdos, oh recuerdos; siempre conmigo, persiguiéndome, lindos y vagos (L), cómo me gustaría ser niño de nuevo, sin preocupaciones, sin ni una responsabilidad alguna, cómo me gustaría volver al pasado y reparar algunos hechos de los cuales me arrepiento, como me gustaría recuperar, sí... recuperar...

Son las 1 de la tarde y aún no desempaco mis pertenecías, de pronto miro al horizonte y tengo una leve sensación de que este año todo será distinto.